El director xeral de Planificación Enerxética e Minas, Pablo Fernández, reafirma el compromiso de la Xunta con la pizarra, que ha invertido más de cuatro millones de euros en ayudas para minorar los índices de polvo
El Clúster da Pizarra de Galicia reúne a más 60 profesionales de la lousa en una Jornada Técnica sobre prevención y salud laboral
El Clúster da Pizarra de Galicia celebró hoy la Jornada Técnica “Estrategias de Prevención y Lucha contra las Enfermedades Profesionales”. Más de 60 personas, reunidas en la sede del Centro Tecnolóxico da Pizarra, en Sobradelo de Valdeorras, asistieron a las ponencias que realizaron expertos en materia de prevención de riesgos laborales e higiene industrial, temas a los que las empresas llevan “muchos años dedicando esfuerzos y creo que por fin estamos en la buena línea”. Así lo expresó el presidente del Clúster, Víctor Cobo Arias, durante su intervención, destacando la necesidad de que “la Consellería de Economía e Industria siga manteniendo, para el próximo año y los siguientes, las ayudas a las empresas para minorar los índices de polvo de sílice en suspensión”.
En esta línea se pronunció el director xeral de Planificación Enerxética e Minas, Pablo Fernández Vila, quien recordó que la Xunta mantendrá el compromiso que inició en 2018, cuando lanzó “una línea de ayudas para combatir el polvo de sílice, por valor de más de cuatro millones de euros”. Esta cantidad, se une a la realizada por las propias empresas del sector, que ronda los ocho millones de euros.
Adaptación ejemplar
Los retos que se plantean para la industria de la pizarra en materia de prevención pasan por “responder a una necesidad técnica enorme”, explicó Javier Madera García, doctor ingeniero de Minas y experto en Higiene Industrial. Según contó este experto, “a pesar de la falta de medios”, el sector de la pizarra ha realizado “una adaptación proactiva, ejemplar” en la que el apoyo de la Xunta “ha sido clave” y en un escenario a futuro que este experto ve “con optimismo”.
Habló Madera García de los valores de concentración de polvo de sílice establecidos como límite, algo que no garantiza la seguridad de los trabajadores, e instó al sector a seguir trabajando en el camino en el que lo está haciendo, adaptando su actividad a las exigencias del momento, sin detenerla. El objetivo ahora ha de ser “actualizar el modelo sectorial para poder hacer prevención y no perder el tiempo”.
Sobre la eliminación del polvo de sílice y los servicios de prevención, habló Mari Luz Álvarez Arias, técnica en Prevención de Riesgos Laborales de la entidad Salud Laboral Gallega. Explicó que con la entrada de la nueva normativa hace tres años, “el sector se enfrentó a un reto”, basado en el desarrollo de un “procedimiento de trabajo nuevo”, con el que se consiguió “un mayor control sobre el polvo de sílice, con mediciones más precisas y más representativas de lo que realmente ocurre en una nave de elaboración de pizarra”.
Para esta experta, el logro que el sector ha conseguido, que considera realmente importante, es que se ha iniciado “un camino de mejora continua para mejorar la salud de los trabajadores”, un avance que permite “contribuir a la prevención de enfermedades respiratorias y crear un entorno laboral más seguro para todos”.
Los ingenieros Eduardo García Campos y Daniel León González, hablaron sobre las mejoras ya implementadas en las empresas, en materia de reducción a la exposición al sílice en las industrias del sector. La humectación en las fases de corte y serrado, la dilución o introducción de aire limpio en las naves, el encapsulado del trabajador en diferentes puestos de trabajo, la aspiración individual en cada puesto, o la protección de cada trabajador, fueron temas puestos encima de la mesa. Tras realizar un recorrido por las mejoras realizadas en cada fase, la conclusión es que “hay todavía mucho que probar; la clave es encontrar un compromiso entre coste, beneficio y que sea viable”.
Concienciación individual
Si en algo ha avanzado el sector de la pizarra en materia de prevención es en la concienciación de los trabajadores. “No sirve de nada que te gastes tres millones de euros y la gente no se proteja, el cambio es importante desde el punto de vista cultural”, afirmó Daniel León. Esto es algo que a través de los años, ha ido materializándose, aunque los expertos coindicen en que hay que seguir avanzando, “porque podemos desarrollar tests de tamaño y ajuste de cada mascarilla, pero ellos son los que han de tomar conciencia de que es la protección máxima de la que disponemos”, concretó Eduardo García.